Cocido
El cocido ya no es solo madrileño: como tantos otro platos emblemáticos, es universal. Y por eso acepta y agradece variantes y adaptaciones. En nuestro caso lo hicimos así: El día anterior, el profe puso a remojo los garbanzos en abundante agua y un poco de sal, y los recuperamos después de quince horas. Pusimos en la olla exprés - grande, con mucha agua - todas las carnes: un hueso de vaca, morcillo, tocino, pollo, y un excelente trozo de jamón. Llevamos a ebullición con fuego fuerte y fuimos espumando. El chorizo lo pusimos en una cazuela pequeña aparte. Decidimos no poner morcilla. Después, añadimos dos mallas con los garbanzos - para manejarlos bien y que no se escaparan, en su caso, las pieles - y patatas, zanahoria, y repollo. Cerramos la tapa y tras 15 minutos - observando y regulando los niveles y la presión -, vuala! Mientras, hemos ido haciendo la sopa de fideos con el primer caldo de la olla y también con el del chorizo. En la mesa, el orden es el clásico. S