Hablamos de educar el paladar

El escenario

Comenzamos la primera sesión los tres, sentados alrededor de la mesa redonda de la terraza de la casa de Esteban, con un boli y un par de folios en blanco cada uno. Habian caido unas gotas de lluvia hacia unas horas en Palma y el ambiente de la tarde de verano estaba fresquito. Mirando a Daniela veia tambien, al fondo, las palmeras del jardín y los barcos atracados en uno de los muelles del paseo marítimo.

"Lo importante es educar el paladar" dijo el profe. Y en mi mapa mental, conectando con el círculo central "curso de cocina", escribí "paladar" primero, "técnicas" después y finalmente "recetas". Esa fue la primera sorpresa y la primera gran noticia. Esteban nos dio pie a que recordáramos los sabores básicos de nuestra infancia - y de los posteriores de los diferentes sitios en los que hemos vivido cada uno de los tres - y estuvimos casi una hora hablando de ellos. ¿Podemos desaprender esas referencias y crear una nueva paleta de sabores, me pregunté? "Claro", afirmo Esteban, "tenemos que pensar que eso es posible...y vamos a intentarlo!".

Luego nos trasladamos a la cocina nos pusimos delantales, tomamos cada uno un trapo y encaramos el primer reto: tal como había pedido Daniela - y yo me sumé de inmediato - teníamos delante un pescado, una merluza de algo mas de un kilo, y Esteban nos guió para cocinarla al vapor.

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